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Este edificio, ubicado sobre Avenida Las Heras frente al Jardín Botánico, es una construcción tipo chalet pintoresquista del año 1904 que ha sido originalmente diseñado como caballerizas y guardado de los coches de tranvias. Posteriormente, funcionaron en él los talleres de carpintería y herrería de maestranza y era el lugar desde donde se cargaban los carros a caballo que distribuían la comida para los diferentes animales del parque. En la década del 90´ se transformó su uso a acuario, lo que implicó – entre otras cosas – la instalación de piscinas. Esto supuso una gran intervención de refuerzos estructurales para adaptar el edificio a las nuevas cargas que suponía dicho uso.
Recientemente se realizó una restauración y puesta en valor del edificio, eliminando las piscinas del ex-acuario, liberando así al edificio de las cargas estructurales y la humedad constante que implicaba dicho uso. Asimismo, se realizaron las obras de restauración de la envolvente del edificio, tanto de fachadas como de cubiertas exteriores. Una vez restaurado, el edificio se concesiona para nuevos usos y funciones. Es allí donde se inicia nuestra participación en el actual proyecto.
Esta intervención, propone convertirlo en un centro de entretenimiento educativo e interactivo. Es asi que en todo el subsuelo se introdujeron entretenimientos relacionados con la temática del Océano Atlántico: un explorador submarino y un descensor al fondo del mar argentino. Desde un principio nos pareció que ese subsuelo era una oportunidad de uso directo desde la calle, incluso en horarios nocturnos. Fue así que le incorporamos dos escaleras, una en cada punta como circuito de recorrido.
El circuito propuesto para el público descenderá hacia el área del Hall del subsuelo, de allí ingresaran al Descensor, una experiencia interactiva de un ascensor descendiendo al fondo del mar, luego pasaran al Explorador Submarino, y la salida será a través de la tienda de merchandising de nuevo hacia el Hall y la escalera.
En la Planta Baja, el edificio cuenta con un espacio central de gran altura, que funcionara con acceso el Ecoparque desde Las Heras, y dos salones laterales con área de exposiciones y un auditorio para presentaciones relacionadas con la temática ecológica y sustentable. Este auditorio se transforma en la pieza arquitectónica que le incorporamos, una pecera de vidrio en el Acuario.
Todos los nuevos elementos incorporados son metálicos, de un color distinto a los originales, respetando el concepto de intervención patrimonial: el de diferenciar lo nuevo sobre existente: lo nuevo se distingue como nuevo, y lo histórico se mantiene respetando las ideas (espaciales y materiales) originales.
Junto a este, dentro del mismo conjunto, se recicló el antigüo Reptilario (ex Aviario) como punto gastronómico dentro del predio. Este pequeño edificio alargado redondeado en sus puntas hace de mostrador continuo a una terraza perimetral como patio de comidas.