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Situado en un entorno atípico en Buenos Aires, en un barrio residencial y arbolado entre un club y un edificio en de perímetro libre ajardinado, este proyecto parte de la implantación de la vieja casa existente en el mismo, retirándose del frente 15 metros para preservar los arboles del jardín delantero.
Es así como el cuerpo de adelante tiene jardines hacia el frente en planta baja y el cuerpo de tras hacia el fondo. Los dúplex de arriba cuentan con grandes terrazas y piletas en voladizo sobre el frente. Estas piletas, originalmente propuestas en la terraza por encima del edificio y rechazadas por la asociación vecinal, fueron finalmente las protagonistas del proyecto al ubicarse esculturalmente sobre el acceso con frentes de acrílico a la altura de los árboles.
En cuanto a la materialidad, se trabajo con ladrillo cementicio gris claro en planos entre losas de hormigón; en las ventanas de los dormitorios de utilizaron quiebra-vistas horizontales para tamizar las vistas cruzadas; y el núcleo de escalera y ascensor se trabajo en hormigón como una pieza escultural en el centro del conjunto. La madera, utilizada en cercos y terrazas; los pisos calcáreos blancos, en las áreas comunes; y el verde del paisajismo completan la paleta material